Es fama que cada paso en la vida de Jesús tuvo sentido para la humanidad y que donde nuestra comprensión no alcanza se alza el misterio y la interpretación equívoca .
La mujer cananea pide al amado Jesús que libere a su hija de los demonios y Él dice que no está bien quitar el pan a los hijos para dárselo a los perros, ella señala que hasta los perros comen el pan que cae de la mesa de sus amos, Jesús dice: “…grande es tu fe, que se cumpla lo que pides” y la hija de la mujer, sanó. Mateo 15, 25-28
Todo aquí ocurre para la gloria de Dios, este momento de la vida de Jesús nos muestra que aunque sintamos que somos como un perro hay lugar para nosotros en la cena del señor. Él compara a la cananea con un perro para indicarnos que aunque estemos seguros, muy seguros, de no ser merecedores, aunque el propio Dios nos haya hecho sentir así, aún hay lugar para nosotros en su corazón y que basta con la fe, esa confianza ciega que todo padre bueno espera de sus hijos.
GT
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